Tu descanso óptimo ¿Calidad o cantidad?
Publicado por Mariana Lunela en
Sabemos que todos necesitamos de un descanso óptimo para recobrarnos de los esfuerzos físicos y mentales, incluso para mantenernos jóvenes más tiempo, y cada persona tiene necesidades muy específicas que se relacionan con su genética, costumbres, actividades, género o edad, las cuales van cambiando a lo largo de nuestra vida.
Gracias a diversas investigaciones realizadas en todo el mundo por especialistas del sueño y de otras ramas de la ciencia se sabe por ejemplo, que un bebé recién nacido suele dormir entre 16 y 18 horas al día, mientras que un infante en edad preescolar necesita unas 11 o 12 horas de descanso. En el caso de los niños y niñas de primaria, el promedio es de diez horas por noche.
En cambio, la mayor parte de las personas adultas requiere entre siete u ocho horas de sueño para experimentar un auténtico descanso. Respecto a los adultos mayores, se cree que su necesidad de sueño es menor, pero no hay evidencia médica que lo confirme. Lo que sí se sabe es que suelen despertar con más facilidad y tienden a durar menos tiempo en la fase de sueño profundo.
Así, la ciencia nos deja algo en claro: para obtener el mejor descanso, la cantidad de horas que dormimos son tan importantes como su calidad. Porque durante nuestra jornada de reposo ocurren diversas fases de profundidad de sueño y cada una necesita realizarse por completo, lo que permite que nuestro organismo haga las funciones de reparación necesarias para mantenernos vivos y saludables. De eso depende que al iniciar un nuevo día cumplamos satisfactoriamente con todas nuestras actividades.
Por eso, cuando alguien se pregunta qué tan importante es procurarse el descanso ideal, la respuesta siempre será: sí, y mucho. Y tu descanso, ¿qué tan cerca está de la perfección?
Fuente: US Department of Health and Human Services
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