En todo el mundo el cambio es la única constante. Y con el paso del tiempo, las dinámicas de trabajo, estudio y vida social son cada vez más vertiginosas y caóticas. ¿Cuántas veces no hemos deseado que el día tenga más horas para cumplir con nuestros compromisos y responsabilidades? ¿Y cuántas veces le hemos robado tiempo al descanso que tanto necesitamos para retomar fuerzas?
Hace mucho tiempo, tomar una siesta a media tarde era una costumbre muy común. En algunos países aún se practica, como por ejemplo en España, donde algunos negocios cierran sus puertas entre las 2:00 y las 5:00 de la tarde, o en algunas zonas de Argentina, donde este momento de descanso tiene lugar alrededor del mediodía. Sin embargo, en otras partes del mundo esto suena imposible, pues las dinámicas laborales son altamente demandantes.
Precisamente por estas dinámicas sociales, el ser humano es uno de los pocos seres vivos que duerme una vez al día, mientras que el resto de las especies alternan ciclos de descanso y vigilia. El esfuerzo por adaptarnos a las demandas de la vida diaria nos ha “robado”, según expertos, un promedio de dos horas de sueño…cada día.
Pero nunca es tarde para evaluar la posibilidad de retomar estas pequeñas sesiones de descanso, que científicamente está comprobado nos ayudan a ser más productivos y mejoran nuestra salud. Los beneficios de descansar tomando una pequeña siesta son sorprendentes. ¡Conócelos!
Tu estado de ánimo mejora. Cuando dormimos, nuestro cerebro libera serotonina, un neurotransmisor que nos da una sensación de felicidad y bienestar. Eso sí, tu siesta no debe durar más de 30 minutos, o los beneficios se perderán.
Reduce el estrés y ayuda a cuidar tu peso. ¿Sabías que una siesta puede disminuir tus niveles de estrés? Esto ocurre porque al descansar, nuestro cuerpo libera hormona de crecimiento, que repara el tejido muscular y al mismo tiempo nos relaja, lo que influye en la pérdida de peso.
Baja la presión arterial y protege a tu corazón. Aunque suene imposible, descansar por lo menos 15 minutos disminuye el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes y regula la presión, especialmente si tu día ha sido muy complicado.
Tu creatividad y capacidad de resolver problemas aumenta. Investigaciones del campo de la neurología demuestran que el descanso que nos da una siesta tiene un efecto positivo en el hemisferio cerebral derecho, relacionado con las tareas creativas, y además incrementa tu capacidad de concentración.
Mejora tus reflejos. Otros estudios científicos han revelado que quienes toman siestas se mantienen más alertas, e incluso cometen hasta 34% menos errores mientras trabajan.
¿Qué opinas ahora de las siestas? ¿Te animarías a intentarlo?
Fuente: Fundación Española del Corazón.
¡Aumenta tu productividad descansando!
Posted by Mariana Lunela on